El Mal, llámese corrupción, ambición malsana, mala intención, siempre parece estar sobrevolando las sociedades para evitar que éstas se organicen bien.
Será preciso enfrentar el mal, y diseñar una firme estrategia contra ello.
Cada partido reúne una miríada de gente en busca de agregarse al poder. Ellos se arrimarán con sonrisas simpáticas y actitudes obsecuentes de manera que pasarán inadvertidos, pero son quiénes acarrean el desprestigio para la gente de bien.
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