La política que nos regía responde a un modelo de 225 años de antigüedad, donde se pretende sustituir a un noble por un líder plebeyo, pero con los mismos atributos que el anterior.
Ese supuesto líder, elegido libremente mediante votaciones `voluntarias', sería el auténtico representante de la voluntad soberana.
No es preciso explicar la distorción que sufrió este viejo proyecto, hasta quedar completamente deformado. O tal vez, descalificado por ejercicio de la realidad.
El gobernante no es un rey elegido por sufragio!!!!
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